He escrito estas siglas durante muchos años.
Sobretodo en mi adolescencia. En el instituto. De vez en cuando cuando estaba en la universidad… y con el tiempo, he ido dejando de garabatearla por los libros de texto, por los cuadernos que caían en mis manos, al lado de los innumerables dibujos (todos iguales, ya lo se) que he ido plasmando en mis notas, en mis apuntes, en el folio que está delante de mí mientras mantengo una conversación telefónica en el trabajo…
Como digo, he ido dejando de escribirlas con el tiempo. Y se porqué es. Lo se muy bien. Es por que ha dejado de importarme.
Escuché la frase que encierran estas siglas, creo que por primera y última vez, cuando era un niño, apenas un adolescente, en un capítulo de la serie Fama. Ejem…, sí, esa serie mítica que nos cautivó en los 80. En dicho capítulo, de la primera temporada, los personajes principales estaban por conocerse. ¿O quizá fuera en la película en lugar de la serie? Recuerdo vagamente (seguro que si viera de nuevo la escena coincidiría muy poco con el recuerdo que tengo de ella) una conversación que tenían un chico y una chica (¿Monty y Doris?) que acababan de llegar a la academia de artistas de Nueva York… Más o menos era así, según mi memoria:
- Ella: ¿Por qué no te llevas bien con tu padre?
- Él: Mi padre siempre ha pensado que no soy lo que esperaba. Dice que soy muy débil. Estaba decepcionado conmigo y el año pasado, debido a mi inestabilidad emocional, me obligó a ir a un psicólogo.
- Ella: ¿Y?
- Él: Con el tiempo me enamoré del psicólogo. Mi padre no pudo soportarlo y simplemente renegó de mí. No cuento con él.
- Ella (un tanto azorada): Creo que existe una palabra para describir esa situación, cuando un paciente se enamora de su psicólogo…
- Él: Sí. Se llama homosexualidad.
Muy elocuente, el chaval… o al menos eso me pareció a mí, ya que yo sabía cuál era esa palabra antes de que él la pronunciara. Instantes después, el mismo chico decía La Frase. Esa frase que se me quedó grabada, y que esta noche me ha vuelto a la memoria.
Hoy he leído un artículo en El País, cuyo titular decía: "Asesinados seis homosexuales en Irak en los últimos 10 días". En él se describía cómo varios homosexuales, en lugares y circunstancias diferentes, han sido asesinados por grupos radicales. No es que estos grupos estén organizados. Es que, después de que las familias de los homosexuales les hubieran repudiado, los pequeños grupos que gobiernan sus pueblos, se han reunido y han decidido que había que matarlos a tiros, cuando no algo peor.
Horrible y triste. Sobretodo la parte de las familias. El miedo nos ciega.
Yo he dejado de escribir estas siglas en los márgenes de los libros porque, con el tiempo, ha dejado de importarme lo que significan. Porque ha dejado de darme miedo escribir la frase tal cual, sin esconderla en esas siglas cobardes. Afortunadamente, no puedo quejarme de la vida que he tenido hasta el momento. No he vivido con miedo, desde esos primeros años de adolescencia… Mi orientación sexual ha pasado a ser una mera anécdota en mi vida.
Y eso es bueno. Creo que es cómo debería ser. Pero corremos el riesgo de terminar por creernos que la vida es de color de rosa (no quiero risas…), porque en España, en Madrid, o al menos en el grupo de personas del que nos hemos rodeado, todo está bien.
Noticias como la de los asesinados en Irak me devuelven momentáneamente a una realidad que, no por ser ajena a mí, a nosotros, deja de existir. Al final del artículo se mencionaba que la homofobia se agudiza en los países islámicos (puede ser), pero que también está activa en Europa, especialmente en los antiguos países del Este (algunos de ellos, católicos).
En muchos países del mundo los homosexuales siguen siendo torturados y perseguidos por sus gobiernos, o incluso ejecutados a causa de su orientación sexual.
Yo diría que la homofobia está presente en los países del Este, en los del Oeste, en los del Norte y en los del Sur… sólo que en algunos casos sólo provoca risitas estúpidas, y en otros provoca la muerte.
Me pregunto si alguna vez dejaremos de causarnos daño unos a otros por gilipolleces tan grandes. Cuánto dolor innecesario y gratuito. Qué absurdo resulta todo a veces. ¿Cuánto se habrá perdido la humanidad por masacrar a las minorías? ¿Tal vez canciones como esta, que me regaló hace muchos años mi amigo Monty?
En momentos como este me viene a la cabeza la dichosa frase. ¿Dejará algún día de tener sentido? Ojalá…
Lo primero que se aprende al ser homosexual es que la mayoría no lo es.
Que razon tienes, hijo mio!
ResponderEliminarpero algunos aprendimos esta leccion a base de oxtias (fisicas y psicologicas)