martes, 9 de febrero de 2010

La vida sigue, simplemente.

Hola.


Un trocito del pasado:

¿Os acordáis de un post reciente en el que contaba que me habían robado algunas cosas del coche? Pues bien, algunas de ellas ya las he reemplazado por mi cuenta, pero no todas…

Entre las que no, estaban los patines. Estaba esperando a que llegara el buen tiempo, para así no tener que agobiarme ahora eligiendo el modelo, el precio, el color… ufff, qué difícil es la vida, ¿eh?

Pues bien… el domingo por la tarde quedé con los kukis (sí, qué pasa, tengo un grupo de amigos que nos llamamos los kukis), en principio para tomar café en La Latina solamente. Y a mitad del café empezaron a cantar "cumpleaños feliz". Jajajajaja. Me quedé de piedra, y creedme, que últimamente no es fácil que eso suceda. ¡Es que mi cumple fue en Diciembre!

Y me regalaron unos patines estupendos.

A veces pienso que soy super-complicado, con un montón de pensamientos complejos, de reacciones extrañas… y otras veces, la simpleza funciona. Me encantó la sorpresa, me sorprendió el regalo, y en fin…, qué simples somos a veces. Y qué bien que sea así.

Gracias, tíos.


Un trocito del presente: 

Como me apetece seguir escribiendo, voy a contar algo de lo que me ha pasado hoy. Además, no puedo dejar de quejarme o denunciar algo en este blog, ¿verdad? 

Hoy he ido a IKEA, sólo por ir (sigo con mis simplezas vitales…). No se porqué, pero tras años de abandono IKEAL, me ha apetecido darme un rulo, a ver si había algo nuevo y excitante. Jajajaja. Qué iluso. No había nada sorprendente, la verdad. Al final, obviamente, he terminado comprando cuatro cosillas, eso sí, literalmente.

Lo que sí me ha sorprendido es que en las cajas de salida había una sección en la que ponía algo así como "Hazlo tú mismo. Máximo 15 productos". Y como había menos cola en dicha sección, ahí que he ido. Resulta que tenía que coger cada uno de mis productos y pasarles yo mismo el lector del código de barras. Ahí estaba yo, haciendo el trabajo de un/a cajero/a normal y corriente.

Por un momento me ha hecho gracia. Sonaba el "bip" típico y todo cada vez que atinaba en el código con la pistola. Se me notaba primerizo (lerdo total) aunque en el cuarto producto ya le había pillado el truco.

Pero al final, cuando he pulsado en "finalizar", me ha salido un mensajito: "número de bolsas". He pensado que se referían al número de bolsas en las que he metido las cuatro cosas, y he pulsado el "1". Y soy tan tonto, que no sabía para qué me preguntaban eso. Jajajajaja. No tengo remedio.

Cuando yo mismo he metido la tarjeta en el lector y he firmado el ticket que yo mismo he "creado", en el ticket aparecía incluida la bolsa de papel que también había comprado, aún sin saberlo. Y hale, a mi puta casa. Adiós, muchas gracias.

Ahí lo dejo. Para que reflexionéis.


Un trocito del futuro:

Mañana hay quedada friki-lost en mi casa para ver Perdidos. Me voy a poner una camiseta con los números malditos y misteriosos. ¿Y de dónde ha salido la camiseta? Bea me la regaló el viernes pasado. Mola, ¿no? Gracias, número 2.

¿Habrá ilusión más simple que quedar con unos colegas a ver una frikada?


IMG_0110 

Creo que en el Universo debe existir cierta compensación en los sucesos… así que hoy le he comprado un regalillo a Ana en el IKEA. No todo va a ser recibir… ¿o sí? Mañana se la doy en el curro. :-)

La vida, simple y afortunadamente, sigue.