domingo, 5 de abril de 2009

Ese café

La amistad es un concepto que todos entendemos. Sabemos lo que es, y todos la distinguimos de otros tipos de relaciones humanas.

La amistad verdadera está hecha de un material especial, un tejido sólido y robusto, a la vez que suave y cálido, como aquel jersey de lana del que siempre nos acordaremos, por muchos años que pasen, que tan bien se ajustaba a nuestro cuerpo, con el que tan cómodos y protegidos nos sentíamos.

Hay muy pocas cosas en la vida de la que tengamos tan pocas dudas. Reconoces a un amigo o amiga como tal sin titubeos.

La amistad es una relación tan fuerte que casi se puede tocar, que casi se puede ver. En muchos casos sentimos su fuerza como algo físico, como algo que en lugar de pertenecer al reino de los sentimientos perteneciera al reino material.

Es en definitiva, junto a otras relaciones de afecto como las que se dan entre padres e hijos, la relación más estable que conozco, de la cual puedo estar más seguro, la cual doy por sentado. Por la cual merece la pena vivir.

Me siento afortunado por poder decir que tengo unos cuantos amigos, y aunque suene prepotente, siento mucha lástima de la gente que no ha tenido esa suerte o esa experiencia. ¿No os suena esto a lo mismo que piensa la gente religiosa cuando te dice que sienten lástima de ti porque no amas a Dios? Pues sí. Cada uno cree en lo que cree, y prodiga lo que quiere. Supongo que a esa gente religiosa Dios le ha dado lo que me han dado a mí mis amigos… o al menos ellos lo sienten así. Se que muchos de ellos también tienen buenos amigos. Esa suerte que tienen. Yo, de momento, me quedo sólo con los amigos, sin duda.

Pero, ¿de qué está hecha la amistad? Supongo que tiene infinitud de ingredientes que hacen de cada relación una amistad única, pero creo que se compone de ciertos ingredientes fundamentales: el amor, la complicidad, la confianza, la lealtad, la admiración y el respeto.

Dicho así suena aburrido, pero es que la mayoría de esos ingredientes esenciales se consiguen a base de experiencias en común, que incluyen malos y buenos momentos. La amistad lleva su tiempo. Necesita formarse con miles de risas, de locuras compartidas, de conversaciones, de abrazos, de gestos desinteresados, de gestos de servidumbre.

A veces, por circunstancias de la vida, una amistad entra en estado de letargo. Sencillamente, los caminos de las personas se separan. ¿Desaparece la amistad entonces? Yo creo que no. Suele retomarse con facilidad cuando los caminos se vuelven a cruzar.

Otras veces sí, otras veces la amistad se malogra. Es ley de vida. No hay nada seguro en esta vida. Hay que quedarse con lo que tuvimos, y aprender de nuestros errores.

A veces, como digo, pequeñas decisiones que tomamos nos alejan de una amistad, por provocar la desconfianza, la pérdida de complicidad, los celos, los reproches… Ay, los reproches, son sin duda los mayores destructores de amistades que conozco.

A veces uno de los dos amigos siente la amistad de manera diferente que el otro. Como en las relaciones de pareja, uno de ellos puede estar amando sinceramente, y el otro no. Cuando el primero detecta la traición (si es que se puede llamar así), suele vivir una catarsis. Lo inesperado, lo imposible, ha sucedido. Pero a veces, el sentimiento de amistad que lleva dentro puede ser tan fuerte, que puede seguir amando, incluso confiando, admirando y siendo fiel a la otra persona. Escuché una vez que lo más importante es amar, y no el ser amado. Bueno, no estoy seguro, pero podría ser cierto, al menos para algunos.

Un ejemplo de esta "amistad descompensada" se narra maravillosamente en la novela (y posterior película) "Cometas en el cielo", de Khaled Hosseini. Se me quedó grabada la conversación que mantienen los dos protagonistas, Amir y Hassan, siendo aun unos niños, cuando el primero desconfía del segundo. Hassan profesa una verdadera amistad por Amir, mientras éste basa su relación más en sus propios intereses.

- Amir: ¿Qué hacemos aquí? Estamos perdiendo el tiempo. Iba [la cometa] en dirección opuesta, ¿no lo has visto?

- Hassan: Ya vendrá.

- Amir: ¿Cómo lo sabes?

- Hassan: Lo sé.

- Amir: ¿Cómo puedes saberlo?

- Hassan: ¿Crees que yo te mentiría, Amir?

- Amir: No lo se. ¿Lo harías?

- Hassan: Antes comería tierra.

- Amir: ¿De verdad? ¿Lo harías?

- Hassan: ¿Hacer qué?

- Amir: Comer tierra si te lo pidiese.

- Hassan: Lo haría si me lo pidieses. Pero me pregunto si tú me pedirías que hiciese una cosa así, Amir.

- Amir (con una sonrisa forzada): No seas estúpido, Hassan. Sabes que no lo haría.

- Hassan (con una sonrisa sincera): Lo sé.

Cometas

Me parece curioso, cuando miro hacia atrás, ver cómo se han formado mis relaciones de amistad. Hay un momento en el que te das cuenta que esa persona que conociste hace tiempo, a la cual no conocías de nada, es tu amiga, sin lugar a dudas. ¿Cómo ocurre? ¿Cómo se logra ese milagro? Es una alquimia que me fascina.

Recuerdo la primera vez que vi a Ana. Estábamos los dos nerviosos. Y ella me tiró el café en los pantalones…

Así empezó todo.

1 comentario:

  1. AAAAAAAAAAAAyyyy...!!!

    los amigos...

    q gran apoyo y a la vez... como dices cuando se tuerce la cosa...q grandisimos cabrones!

    tantas cosas q se perdonan, tantas oportunidades q se dan... y al final q suele pasar???

    q t toman por gilipoyas y ellos con la verdad absoluta!

    en fin... poca gente se puede decir de VERDADEROS AMIGOS!

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